Un
ejemplo es el Fiat 500.
Se puede conseguir con encuestas y formularios dirigidos
al público joven en edad de tener carnet de conducir en los que se enseñen
varios prototipos y se acepten ideas y sugerencias. Se pueden organizar pruebas
de coches para pilotos jóvenes y sacar conclusiones con las sensaciones que
tengan para mejorarlos. Una pieza fundamental para que un automóvil guste al
público joven deberá ser su elevado nivel de personalización: llantas, pintura,
accesorios… para que cada coche se ajuste a los gustos de cada conductor.
¿Un
ejemplo? El Open Adam.
En definitiva creo que el mercado de coches para
jóvenes no se está explotando al máximo y sería una oportunidad muy grande para
las marcas ya que en mi opinión hay mucho dinero que puede moverse en este
mercado.
Artículo escrito por Manuel Sánchez para Storicauto
manuswag9@gmail.com
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